JJOO

Como contábamos en la anterior entrega, una vez ya tomada la decisión de querer asistir a los JJ.OO., llega el momento de ponerse en marcha y ver si realmente es posible y, en caso de ser así, cuánto supone, tanto económica como personalmente.

Varios son los factores a valorar, pero he decidido dividirlos en cuatro: alojamiento, ahorro, grupo e itinerario. Todos ellos estrechamente ligados, porque a mayor grupo, supone un mayor ahorro en el alojamiento, pero también más complicaciones en logística… la perfecta unión de todos ellos es la que nos llevará al éxito (o al fracaso).

Si algo ha cambiado en 20 años, eso son las entradas de los JJ.OO., no sólo su aspecto físico, sino sobre todo por su coste económico y forma de conseguirlas, intentando que estuviera acorde a la situación de 1992 y a la actual de 2012, aunque quizás las entradas para Londres tengan algunos precios desorbitados.

Entradas de Barcelona’92

Hace 20 años, con Internet todavía en sus primeros inicios, el método era el tradicional: papel y bolígrafo. En España, la entidad encargada de esta gestión era el Banco Español de Crédito (BANESTO) y el proceso sí que era similar al actual: un sorteo.

Hay que remontarse muchos años atrás, 1986 y 2005, para recordar cómo fueron los procesos de elección de Barcelona y Londres, respectivamente. Aunque puedan parecer procesos muy diferentes, tiene un gran punto en común, ambas ciudades ganaron a París en la última votación.

Si la elección de Barcelona, fue un gran punto de inflexión para la ciudad, el país y el deporte español en general; la elección de Londres para 2012, deja un detalle para la historia siendo la primera ciudad en albergar 3 Juegos Olímpicos tras los de 1908 y 1948.