Mis primeros recuerdos de Vietnam son grises, relacionados con su ruido, su caos y su polución, pero tengo otros muchos, aunque no terminan de encontrar un color claro, se vuelven oscuros y eso no es buena señal, más aún cuando suelo ser positivo por naturaleza.
Vietnam, pensé que sería clave en mi vuelta al mundo y sin embargo, se convirtió en uno de los pocos países, junto con Brasil, donde pensé irme antes de tiempo…
Me persigue el insoportable tráfico de Saigón o Hanoi, los cláxones de las innumerables motos, la dificultad de cruzar sus calles, los ofrecimientos constantes de marihuana en Saigón o la imposibilidad de ir en transporte público a muchos sitios, simplemente no hay o no te dicen cómo usarlo. A nada de eso le veo su autenticidad, como piensan algunos, ya he vivido casos parecidos, pero no me han hecho sentir incómodo (ni siquiera en India o Egipto). Su contrapunto lo veo al acordarme de su fabulosa gastronomía, de la mágica bahía de Halong, los paseos por los arrozales de Sapa o la tranquilidad y el encanto de Hoi An.
Demasiados dólares o dongs, la moneda del país, sobrevuelan la cabeza de muchos vietnamitas y eso, en mi humilde opinión, está corrompiendo un país, que, en base a mi ignorancia, pensaba más organizado, tranquilo y sencillo de lo que es.
Realidades de países que sientes al estar en ellos, al recorrerlos de sur a norte, tras dejarme perder por sus calles y observar, viajando en sus transportes, tras visitar sus museos, al seguir las tradiciones locales, hablando con ellos… siempre se podrán decir cosas bonitas de los países, pero no por menos hay que decir las sensaciones que uno siente al viajar. Más de 3 semanas recorriéndolo me ha dado una primera visión global que quiero compartir y aunque no suelo hablar mal de los sitios, creo que es bueno expresarse en términos de experiencia propia.
Las cosas dejan de ser auténticas y únicas para convertirse en cotidianas.
La primera pregunta podría ser si lo recomendaría, la respuesta es clara: SÍ, tiene mucho que ofrecer, tanto de historia, como de cultura y gastronomía, pero quizás haya que ir más preparado mentalmente de lo que imaginaba. Además siempre está la emoción de descubrir los lugares por uno mismo, simplemente doy mis opiniones, vosotros pondréis las experiencias.
Para mí, el principal problema que tiene es el trato al turista/viajero es, en muchos casos, desafortunado, por no decir malo. No sé si es un tema de falta de preparación, de crecimiento demasiado rápido o de sentir las ganas de hacer dinero fácil. No es un tema sólo de una agencia, de hostales, hoteles o alojamientos, es algo que flota en el ambiente.
En los lugares donde mejor me han tratado han sido en los humildes restaurantes/bares/puestos donde he comido, ahí todo se tornaba en amabilidad y buenas palabras. La gente sencilla resulta encantadora.
Sin embargo, en general, no me he sentido cómodo, tanto que como decía pensé en irme antes de tiempo, aunque eso implicara perderme la zona de Sapa, cosa que finalmente no hice y consideré un acierto el quedarme, porque otro Vietnam es posible, pero está escondido.
Otro de los problemas es que se ha creado una esfera peligrosa (cerrada y hermética en algunos casos) entorno al turismo, una espiral fea que se nota a poco que te salgas de cosas organizadas, preparadas o simplemente intentes hacer cosas por ti mismo. Demasiadas malas caras, gestos y palabras al rechazar las continuas ofertas de personas, hostels, hoteles o agencias. Demasiadas negativas para que te dejen caminar tranquilo por la calle o al llegar a una estación de bus o tren.
En Vietnam se nota en exceso que todo va en relación a cuánto dinero estés dispuesto a pagar para que las cosas sean mejores y eso no es buena señal. Es triste la sensación de sentirte, en muchas ocasiones, engañado/timado a cada paso que das. En muchos casos (más de los debidos), es materialmente imposible (al menos no he encontrado la forma) de deshacerte de intermediarios o agencias e intentar hacerlo por ti mismo, hablamos de comprar billetes de bus o un simple ticket de entrada.
Además, Vietnam tiene otro problema, más cerca de lo que parece, se llama Laos, donde todo es tranquilidad, paz y sencillez, un perfecto contrapunto a escasos kilómetros. Quizás no tenga la fama, pero tienen los lugares para seguir creciendo y, a poco que hagan mejor las cosas, llevarse parte de su turismo. Sin duda que no tienen el famoso componente histórico-militar de sus vecinos, pero residen en ellos otra importancia cultural y espiritual que hay que conocer, además de verse involucrados colateralmente en conflictos bélicos, sin que eso haya variado su estilo, es más, creo que lo ha mejorado.
Poco a poco iré escribiendo de Laos en el blog, porque de Vietnam tampoco me apetece contar demasiado, aunque alguna cosita irá saliendo. Pinceladas grises sobrevuelan Vietnam, al menos a mi paso.
Vaya! No es la primera vez que oigo o leo un comentario no muy positivo de Vietnam. Esa sensación de ser un «euro con patas» ya la he leído u oído de boca de otros grandes viajeros.
También coinciden en lo maravilloso de la Bahía de Halong, así que supongo que será la «penitencia» que toca pagar, la cara y la cruz de una misma moneda…
Saludosss 🙂
Hola Alicia. Gracias por comentar y bienvenida 🙂
Vietnam es un país «peculiar» y cada uno tenemos nuestras impresiones, esa es la riqueza de los viajeros. Eso sí, hay que ir «un poco» preparado para lo que te vas a encontrar.
En los próximos días publicaré el itinerario y podrá dar una idea más aproximada de lo imprescindible (y de lo evitable). Por supuesto, la Bahía de Halong es obligatorio, sin eso es como no visitar Vietnam.
Saludos!!
Alejo