A unos 60 Km. al norte de Pekín, la muralla se extiende a través de una cordillera infinita en su estado más salvaje. Sin remodelaciones, sin billetes de entrada, ni autocares repletos de turistas con banderitas chinas. En Huanghua encontrarás una enorme extensión de la muralla donde los guerreros chinos han dado paso a la maleza y los escalones a veces muestran su longeva edad a causa del deterioro. Se puede realizar una caminata circular de unas tres horas.
Existen partes fáciles, otras en las que hay que trepar y en algunos tramos evitar a los pesados nativos que insistentemente tratarán de cobraros una entrada inexistente. De todas maneras, no os pedirán más de 20 o 30 céntimos de euro…
Impresiona estar a lo alto de una de sus torres y contemplar cómo la gran muralla serpentea por la cresta de las montañas y va sobrepasando picos y picos hasta el infinito.
¿Cómo llegar a Huanghuacheng?
Para llegar ahí lo ideal es organizar un grupo de viajeros y acordar un precio con cualquiera de los mono volúmenes privados que a modo de “taxi” estarán encantados de llevaros y devolveros a Pekín. El trayecto es de unos 90 minutos.