Si en la primera parte de la guía tratábamos la información básica para conocer Praga, en esta segunda parte nos adentramos en ofrecer nuestras claves para conocer una ciudad que esconde mucho más de lo que se ve de un primer vistazo…
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Detalles, lugares, momentos que no te puedes perder en Praga
– El reloj astronómico de la plaza de la ciudad vieja, un prodigio de la ciencia datado en 1490. Tiene 3 partes diferenciadas en las que fijarse en detalle:
- Calendario circular, con los meses del año, varias esferas y signos zodiacales.
- Cuadrante astronómico, que indica la hora y las representaciones de las órbitas del sol y de la luna.
- Las figuras animadas que incluyen «El paseo de los Apóstoles», un mecanismo de relojería que muestra, cuando el reloj da las horas, las figuras de los Doce Apóstoles.
– La subida a la Torre de la Pólvora en Stare Mesto, con mucha menos afluencia que la torre del reloj y que te ofrece unas inmejorables vistas de toda la ciudad.
– Disfrutar de la música y el buen ambiente del puente de Carlos en las horas centrales del día.
– La subida a pie hacia el Castillo de Praga por sus empinadas calles, donde el olor a incienso, se mezcla con las llamativas fachadas de sus casas y el ambiente de la zona. Si a eso le unes caminar desde Stare Mesto cruzando el puente de Carlos, será uno de los momentos de tu viaje.
– La Catedral de San Vito, con su magnífica fachada y su interesante e histórico interior, lleno de referencias a los personajes más relevantes del país.
– Entrar a alguna de las muchas tiendas de muñecas y juguetes que hay por Stare Mesto, donde sólo por mirar retrocederás a tu más tierna infancia.
– Disfrutar (y se puede comprar) algunas de las maravillas en cristal que hay en muchas tiendas (destacamos Blue Praga en la esquina de la plaza de la ciudad vieja).
– Comer codillo y jamón de Praga con una buena cerveza de fabricación propia (y si es en un puesto callejero, mejor).
– Dejarse perder, sin rumbo fijo, por los callejones de Stare Mesto hasta encontrar algún sitio que te llame la atención para comer, tomar una cerveza o simplemente mirar.
– El atardecer desde el puente de Carlos, para ver in situ el encendido de su iluminación tenue y misteriosa.
– Un paseo al anochecer por la isla de Kampa hasta llegar al museo de Franz Kafka. Un lugar perfecto para pasear en pareja con la brisa del río y la magia de las luces del puente de Carlos.
– Ver las figuras en movimiento (cada hora en punto) del reloj astronómico bien entrada la tarde-noche, 23:00 ó 0:00, de esa forma habrá menos turistas y podrás disfrutar y fotografiar con tranquilidad el reloj.
– Visitar la ciudad en Navidad, por su preciosa decoración, sus mercadillos (de souvenirs y comida) y su fantástico y enorme árbol navideño situado en la plaza de la ciudad vieja.
– Contemplar y caminar por la Plaza de Wenceslao con tranquilidad, imaginándotela llena durante la revolución del terciopelo.
Praga más auténtica y desconocida
En una ciudad tan visitada, tan conocida, tan adaptada al turista, no es fácil salirse de lo común, de lo previsible, pero es posible… tan solo hay que buscar algo más. Por eso disfrutamos tanto del partido de hockey hielo que vimos: Slavia Praga – Piratas Chemujov. Si a eso sumas que el recinto era el impresionante O2 arena, pues el resultado no pudo ser mejor. Un gran evento para un gran día del que contaremos todos los detalles en un relato lleno de fotos y momentos para el recuerdo. Mientras tanto, os ofrezco un vídeo con momentos del partido, incluido un gol del Slavia de Praga, nuestro equipo ese día.
Otro de las recomendaciones sería ver un espectáculo de Teatro Negro, que nosotros teníamos como opcional por cuestiones de tiempo. Finalmente, conseguimos encontrar el hueco gracias a la lluvia y fuimos a ver la obra ‘Aspects of Alice’ al Teatro Tá Fantástika (C/Karlova). Nos decantamos por éste, por ser el más céntrico. El precio de la entrada es único y son 720 coronas checas.
Lo que en principio puede ser algo caro, se convierte en un dinero muy bien invertido, ya que disfrutas de un espectáculo diferente, muy ameno y con permanentes guiños al espectador, que permanece hipnotizado en su butaca hasta que termina la obra. Una hora y media de puro teatro, más bien de puro espectáculo. Contar detalles de la obra o del teatro negro, sería quitarle parte de su encanto, podéis visitar su web para ver de qué estamos hablando y que podáis disfrutarlo por vosotros mismos.
Conclusiones
La visita a Praga es casi obligada para el buen turista o viajero que quiere conocer mundo. Una ciudad con encanto, con magia cuando cae la tarde y se encienden sus luces; entonces te dejas llevar por sus calles empedradas y llenas de historia sin pensar en retirarte a descansar. Además, siempre puedes encontrar algo diferente caminando por sus calles, por ejemplo una reunión de excombatientes americanos que lucharon en la II guerra mundial y todo esto en pleno centro histórico, dejando escenas como ésta.
Sin embargo, decidir si es más bonita Praga o Budapest, o incluso metiendo en la terna a Viena, es una tarea complicada, llena de visiones subjetivas, pero con algo común: son ciudades completamente diferentes, cada una con su peculiar encanto, todas preciosas, de eso no hay duda, pero debe ser cada viajero el que decida cuál es su preferida, según los días que esté en cada una, su experiencia y sus impresiones. En mi caso, me quedo con Budapest, principalmente porque estuvimos más días, la conocimos mejor, la sentí más auténtica, menos turística y la integración local nos resultó más sencilla, más húngaro y menos inglés… eso es lo único que eché en falta en Praga, sentirme extraño escuchando checo. Situación que sólo disfrutamos cuando nos salimos de lo común, llegando a una Praga más desconocida, más auténtica.