Mailén y otros motivos por los que me enamoré de Colonia del Sacramento
La carta de presentación de Colonia del Sacramento de Uruguay es envidiable. Situada en pleno Río de la Plata, mirando de frente a Buenos Aires, con su centro histórico coqueto y empedrado, con un excelente nivel de vida y con su flamante título de ciudad patrimonio de la humanidad.
La ciudad fue objeto de lucha durante siglos por españoles y portugueses, lo que se muestra en las construcciones del centro histórico. Finalmente, fueron los españoles los que se quedaron con el enclave estrella de la zona. Uno de los motivos de tantos años de batalla fue su extraordinaria ubicación. Ahora lo sería incluso más, situándose a apenas 1 hora en ferry de la capital argentina y a 177 kms. de Montevideo, la capital del país.
Si a su localización e importancia histórica, unimos que ofrece uno de los mejores atardeceres del mundo, vamos ofreciendo más motivos para visitarla; sin embargo, la clave de mi pasión por Colonia no está en nada de eso, sino en sus habitantes, en su gente.
Los primeros pasos en Colonia
Fue en mis últimos días en Buenos Aires cuando tomé la decisión de visitar Colonia y me propuse hacerlo de forma diferente, más cercana, así que busqué en Couchsurfing quién me pudiera acoger. Y ahí apareció mi excelente anfitrión, Mariano, que me abrió su casa, haciéndome sentir parte de su familia y vida durante un fin de semana completo.
Me recogió en el terminal de ferrys y desde ese momento todas mis preocupaciones desaparecieron. Saben aquello de sentir que conoces a alguien de toda la vida, pues es posible aplicarlo a alguien que acabas de conocer hace 5 minutos y del que sólo tienes referencia por una fría web. Es la magia de Couchsurfing, la magia de las personas.