Dos glaciares, Skaftafellsjökull y Vatnajökull; una laguna glaciar, Jökulsárlón y un parque nacional, Skaftafell, son los protagonistas de esta historia, la más bonita de cuántas vivimos en Islandia. Si a eso unimos un excelente clima: un cielo azul y despejado, una leve brisa y el Sol calentando más que en días anteriores, convierten este día en inolvidable, no sólo en Islandia, sino en nuestras vidas.
A primera hora de la mañana iniciamos la larga ruta en coche (230 km) hasta Skaftafell desde nuestra granja en Hvolsvöllur, sin prisa, pero sin pausa y con un propósito en mi mente, intentar llevar algunos kilómetros a alguna persona que estuviera haciendo autostop en Vík. Pronto pudimos cumplirlo y llevamos 100 kilómetros a un chico polaco, que llevaba en el país 45 días, los últimos 15 viajando en solitario e iba en busca de un trabajo para el año que viene en la laguna de Jökulsárlón.
Los siguientes kilómetros del viaje transcurrieron por un paisaje monótono hasta llegar a las inmediaciones de Skaftafell, donde la lengua del glaciar Skaftafellsjökull se convierte en un bello telón de fondo que presagiaba lo que veríamos después en el parque.
Llegamos al Parque Nacional de Skaftafell a media mañana y el concurrido aparcamiento indicaba bastante afluencia de visitantes. Nos preparamos y debido a la configuración especial del equipo, niño de 15 meses y embarazada incluidos, más la hora, nos decidimos por hacer sólo una ruta, la S1. Estos son sus datos:
- Ruta S1: Skaftafellsjökull
- Distancia: 3.7 km (ida y vuelta)
- Tiempo caminando: 1 – 1.5 hrs.
- Dificultad: 1 (fácil)
Como toma de contacto con el parque es más que suficiente y está perfectamente señalada desde el centro de visitantes. El primer tramo transcurre por asfalto, pero al poco cambia a pista de tierra, pero sigue siendo sencillo, lo único que el intenso viento con la ayuda del hielo del glaciar comienza a hacer la ruta un poco más exigente.
La caminata merece mucho la pena, porque te encuentras frente al inmenso glaciar Skaftafellsjökull. Fue la primera estampa de Islandia que, verdaderamente, me dejó sobrecogido, aunque luego la laguna Jökulsárlón puso en orden las emociones. Definitivamente, Islandia no era Nueva Zelanda.
Regresamos por la misma ruta, comimos algo y continuamos nuestro viaje hacia el destino estrella del día (y del viaje): la laguna de Jökulsárlón. Los apenas 55 kilómetros que separan los dos lugares transcurren por la carretera 1 entre paisajes sacados de un libro de geografía: montañas, glaciares y lagos.
Gracias al buen clima del que disfrutamos la llegada a Jökulsárlón fue espectacular. Hacía tiempo que no veía un sitio que me dejara sin palabras (como me sucedió con el Mont Saint-Michel). El entorno de la laguna es un lienzo de colores y sensaciones. Sin embargo, había más, ya que mis compañeros de viaje desconocían que había reservado un paseo por la laguna en el barco-bus. Esas pequeñas sorpresas que alegran un viaje, como hice en Tailandia. Además, llegamos justo a tiempo, por lo que los 15 minutos de espera los pasamos contemplando escenas de la laguna, incluso una pareja china estaba haciéndose las fotos de su boda.
Llegaba el momento de comenzar la navegación por Jökulsárlón, así que nos pusimos los chalecos salvavidas, preparamos las cámaras y a disfrutar, con la curiosidad que la primera parte se hace por carretera, ya que es un vehículo anfibio. Nuestro guía, un simpático chico italo-argentino, nos explicó los datos más importantes de la laguna (18 km²) y del glaciar que la motivó: el Vatnajökull, el tercero más grande del mundo. Sin embargo, los icebergs que se ven provienen de otro glaciar cercano, el Breiðamerkurjökull.
El entorno de la laguna es un lienzo de colores y sensaciones.
El paseo es de aproximadamente 45 minutos, en los cuales te da tiempo a disfrutar del paisaje, hacer fotos e incluso probar un poco de hielo de un iceberg. La laguna de Jökulsárlón y su entorno es un lugar especial, de esos que hacen que viajar hasta un país merezca la pena.
Terminada la excursión y con perfecta sincronía, llegaba el atardecer y el Sol comenzaba a esconderse entre las nubes, con las montañas y glaciares del fondo. Los reflejos de la luz en el hielo ofrecen bellas escenas y, aunque el frío viento comienza a llegar, poder sentarse a contemplar esa maravilla es un lujo que no podíamos desperdiciar. Las mejores fotos del viaje fueron tomadas desde aquí en lo que pasaba a ser el día perfecto.
Un día inolvidable, no sólo en Islandia, sino en nuestras vidas.
Y poníamos rumbo a Höfn, donde teníamos nuestro alojamiento, pero antes de retirarnos a dormir decidimos cerrar el día con un homenaje gastronómico en Humarhöfnin Veitingahús, donde unas enormes cigalas pusieron el broche perfecto a una jornada inolvidable. Al día siguiente afrontaríamos la jornada más larga del viaje, que nos llevaría hasta Akureyri, en la zona norte del país, pero eso es otra historia…
Datos de interés sobre Skaftafell.
- El parque nacional de Skaftafell fue establecido en 1968 y desde 2008 forma parte del nuevo parque nacional Vatnajökull.
- Está situado a 320 kilómetros de Reikiavik y se accede fácilmente por un desvío de la carretera principal 1. La entrada es gratuita y dispone de un amplio centro de visitantes.
- Tiene 9 rutas principales de trekking. El detalle de cada una lo podéis encontrar en su página web.
- Para rutas en invierno se debe consultar su web porque a veces hay rutas cerradas o inaccesibles.
- Es muy recomendable descargarse o consultar un mapa con las rutas.
- Todos los mapas están disponibles aquí.
Datos de interés sobre Jökulsárlón.
- Está situado en el extremo sur del glaciar Vatnajökull, entre el Parque nacional Skaftafell y la ciudad de Höfn.
- Su superficie es de 18 km² y su profundidad de 200 metros.
- Está separado por apenas 1,5 kilómetros del mar, por lo que no se hiela nunca por la mezcla del agua salada del mar con el hielo del glaciar.
- Sólo se ha helado en una ocasión y fue de forma artificial, tapando la entrada del agua del mar, con motivo de la película de James Bond: “Muere otro día”.
- Existen dos tipos de navegación: barco anfibio y zodiac. En temporada de verano, es recomendable realizar reserva previa en su página web.